lunes, 24 de mayo de 2010

Emoción

Yo puedo ver el mundo desde mi ventana. Eso me dijeron hoy y me lo creí. Tanto, que supe invisibles los barrotes que no me dejan observar plenamente el esplendor de El Ávila y la posibilidad de dibujar mil maneras en el horizonte. Pude escribir segura de sentir. Pude creer. Quise soñar. Y conseguí montarme en una nube, de esas que vi desde la ventana.

Cerré los ojos y me dio miedo equivocarme. Quise ser inspiración, música, desdicha, calma y acto seguro, en algún momento del descuido. Secreto y acción. Misterio y verdad. Publicidad alternativa. Autoestima. Querencia. Y mil palabras como ingredientes del coctel de bienvenida a un paraíso de nuevas posibilidades y mejores experiencias.

Emoción, siempre emoción.

Calma indómita. Con sed de conocimiento, más del permitido.

¿Verdad?

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