martes, 2 de marzo de 2010

Transición

Hace dos años tuve que escoger… y preferí mi libertad.

Sí, es verdad, hablo mucho de fechas y recovecos inentendibles para los no asiduos a mi día a día. Pero es que, ¿cómo hago?, es ese justo el tiempo en el que mi vida entró en una etapa de transición tan severa, que creo será un definitivo antes y después en la historia de las conversas, tragos de viernes y lecturas de blogs.

Esta fue/es/será para siempre una semana de sensibilidades y de recuerdos impresos sin derecho al olvido. Las imágenes que visitan mi mente están nubladas por la oscuridad de los momentos. La pérdida de una familia grande, o por lo menos de presencias absolutas; la pérdida del hogar, o por lo menos del que acogió al cariño la mayor parte del tiempo. También es la semana del desapego a los afectos efímeros, al amor de colegio, al muchacho del “para siempre” que ahora solo es un segundo dentro de las miles de horas que le dediqué en ruidos y  silencios.

A propósito de las catástrofes mundiales, esta ha sido la más devastadora para mí. Y a la vez la más purificadora. Quizá la tendencia a la escritura (sea buena o mala) se dio a raíz de este terremoto. También ese tsunami fue la razón del cambio de criterio en la manera en como empecé a ver al mundo, a mi familia, a mi vida. Cambié el trato con mis parientes, con mis afectos más grandes. Este huracán fue la oportunidad de impulsarme, usando todas las acepciones del término, y permitirme ser quien más nunca pude. Caractericé a una llorona impulsiva, agresiva, quizá despiadada. Muchos se mueren por volver a verla. Incluso yo a veces, con cierto morbo.

Tuve la oportunidad de despedirme de mi vida (ahora anterior) con unas palabras, como solía hacerlo. Me fui con una medalla (que aún guardo), con una conversa grandota y eterna. Dije adiós como mejor pude en medio de las lágrimas: con la verdad. Con la transparencia y sin autocensurarme. Me fui porque me lo pidieron, pero fui fiel a mis principios de comunicadora social y condené el abuso y el maltrato. Siendo dramática, puse en tela de juicio mi imagen frente a los medios más importantes para aquel entonces… Y reprobé todas las materias que me importaban en aquellos días. Preferí alejarme de la vida mágica y entregarme a una más real… que duró lo que tuvo que durar. Y fue grandioso.

Obvio, todo esto que escribo es un anacronismo. Los análisis de los hechos históricos suelen estar divididos en etapas y por eso yo digo que esta es mi etapa de Transición. Pero esa mezcla de abstraccionismo con hechos empíricos es un poco incoherente para el protagonista y los involucrados, porque a pesar de que es un hecho histórico todavía están presentes los personajes y obviamente lo sucedido no fue planificado por alguna ciencia exacta para que se diera como se dio.

El cambio es lo que me hace estar aquí, escribiendo. Creo que es el mejor análisis que le puedo dar al sentimiento, que supongo siempre estará, pero aparece solo en momento de erupción. Cada día el volcán pierde una gota en medio de la sequía. Pero aún, chiquitico, el pozo sigue convulsionando ante el clima cambiante del lugar que habito. ¿Es cariño? ¿Es la magia de siempre? ¿Es simplemente el recuerdo? La verdad es que prefiero escribirlo, para drenar. Prefiero registrarlo, para tenerlo. Y prefiero que tú lo leas, para que me ayudes a creerme que esto que está pasando sigue estando ubicado en la etapa de transición.

Esta semana infernal tendrá, eternamente, su lugar en la cúspide más alta de las rabias juveniles, de las decepciones pasadas y de los registros fotográficos. Siempre existirán caminos verdes que conduzcan al escenario de los hechos. Es lamentable que el cariño y mi apego me mantengan excesivamente pendiente de estas cosas (para mi gusto). Es como si cuando me pongo a pensarlas, solo yo tuviera el derecho de detenerme a preguntarme sobre los demás que estuvieron allí presentes conmigo, cuando resulta que la responsabilidad y el tiempo que ha transcurrido es “responsabilidad” de todos.

Alguien me dijo que el compromiso con el tiempo no significaba lo mismo de fechas anteriores y que solo podía dibujarme una sonrisa sincera (y yo le agregué a ese consejo un suspiro). Sonrisa+suspiro=buena combinación después de escribir. A veces el primer término se cambia por una lágrima, pero no es el caso, porque ya fue. El tiempo se adapta al espacio y a las circunstancias. Yo solo espero sentada, con una taza de té verde, que el éxito siga aflorando a mis alrededores en todo sentido. Porque me demostré a mí misma que este mundo, mi mundo, es el de lo posible, el de las cosas que sí se pueden solo al desearlas… Y el de la vida que va transcurriendo, “mientras nosotros hacemos nuestros planes”.

Gracias, presente. Qué viva el futuro, sin anclarse en el pasado. Allá ellos que me persiguen y quieren proponerme una visita nocturna frecuente. Yo, no quiero aceptarla más. Aunque el cariño sea eterno.

Buenas noches.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Marcy! Hoy al leer tu Transición sentí conocerte tanto que entendi entre tus líneas todo cuanto querías expresar, y ademas, entend{i porque lo escribiste! y es porque lo experimenté. Es dificil entender que cuanto ves no es real, que aquello que defendiste era indefendible, que la amistad es efímera, que los héroes y las musas solo existieron en el Olimpo! Pero no importa pues esos momentos te hicieron feliz, esas fotos spn bellos recuerdos y porque en definitva, nos permitieron conocer personas Especiales...Yo a ti!!! Esto es solo aprendizaje mi niña!!!! ME ENCANTA TODO CUANTO ESCRIBES!!!

Yurima

DINOBAT dijo...

Se pasa del pasado al futuro, pero es difícil olvidar que recordamos...

Unknown dijo...

A veces hasta es posible que eso también lo olvidemos, Dinobat!

Gracias por tu comentario. Saludos desde mi muy mundo.

[ berna ] dijo...

esto me hizo recordar el episodio de "El Principito" que dice que los adultos necesitan números para creer que conocen a las personas, se olvidan de los sentimientos, de qué color les gusta, etc., y prefieren saber cuantos años tiene, cuánto gana. En este tu caso, no porque nos hayas dado numeros, sino porque mas bien pusiste en hechos tangible lo que tu espíritu ha vivido estos años, y asi el resto de la humanidad lo pudiese entender. aunque no creo que precisamente que nosotros entendamos haya sido tu objetivo.
lo bueno es que las crisis, siempre son necesarias para avanzar y no estancarnos.
un abrazo!

Unknown dijo...

yo fui parte de tu vida una vez y por poco tiempo pero siempre sigo tus letras y claro que entiendo lo que escrives por que aunque no lo creas sigo tu dia a dia el pasado el presente o el futiro todo tiene un inicio y una continuacion pero un final eso aun no a llegado un beso my marcy

Anónimo dijo...

Hola preciosa, lei tu blog y, la verdad, no comprendí mucho lo de tu transición, por no saber que te ocurrio, más sin embargo fue perfectamente comprensible. Lo realmente vital en toda tu lectura fue el firme proposito al cambio positívo y eso siempre deja buen sabor de boca.

Omar Acuña